lunes, 20 de septiembre de 2010

Y mis bebés... Dieron el grito!!

Pues que llega el 15 de septiembre, y como yo andaba un poco depre, tooodo el mundo hablaba del grito, hacía un buen de tiempo que no saliamos en plan de divertirnos y desvelarnos, pues me pareció una maravillosa idea cuando mi una amiga muy querida me llamó para invitarnos a una noche mexicana, con todo y caracterización.
Inmediatamente me puse las pilas, busqué en el fondo de mi closet y con hilo, pintura de tela, grapas, silicón y un poco de imaginación (con los hijos hasta lo creativo le sale a uno no?), rápidamente armé disfraces para todos.  Les platico; mi pobre esposo, debo reconocer, no iba muy disfrazado, pero al menos lo intentamos, un sombrero que compramos en nuestra última visita al DF, de esos que venden cuando vas entrando a las piramides de Teotihuacán, y un moño (eso si, verde, blanco y rojo) en el cuello fué toda su indumentaria mexicana; yo encontré una falda que data de mis años de preparatoria cuando bailaba danza folcklórica, color verde muuuy verde, de mucho vuelo con encaje blanco, hermosa mi falda, pero eso si.... con una cinturititita, que por un momento estube a punto de caer en depresión otra vez, pero me sobrepuse y lo arreglé, ¿Cómo? apliqué la técnica de la "embarazada pobre" , como dijo mi amiga Julieta cuando en cuarto semestre de prepa salió "con su domingo siete" jaja, le acomodé una liga y ese fué el ojal ajustable "santo remedio" diría mi mamá, escondí el ojal ajustable con una blusa blanca larga, botas largas, hartos collares, aretes grandes y mucho, pero mucho labial rojo; hacía mucho que no me veía así, y al verme me puse de buen humor, me veía bien, me divertí arreglándome; pero los que se llevaron la noche (y algo me dice que así va a ser de aquí en adelante) fueron mis peques, encontré un vestido de manta que compre hace algunos años en unas vacaciones en Vallarta, era de manta blanca, tipo túnica, estaba bonito mi vestido, pero como comprenderán, con la voladez de vestir a mis bebés, pues no me importó demaciado deshacerlo, y aplicando mi corto entender en el arte de la costura, les armé un calzón largo y una "camisa" (entre comillas, porque no se bien si era camisa, túnica, chambrita o que jajaja), en fin, corté además un reboso muy colorido y les puse una especie de fajín en la cintura, que pegué con silicón a la camisa, compré unos sombreros de los que venden típicamente en cada centro comercial por estas fechas, de los que dicen "viva México", y les puse a cada uno su nombre en el sombrero con pintura plástica, les puse huaraches y completé el atuendo con unos bigotes dibujados con delineador negro jajaja, ¡¡Se veían hermosos!!... Mi marido trabajó ese día, así que nos iba a alcanzar en la fiesta; se suponía que la reunión empezaba a las 7 de la tarde, así que desde las cinco me puse a arreglar pañalera, metí todo lo que normalmente prepara una mamá en una salida, pero además me fuí prevenida con pijamas, leche, juguetes, andaderas, portabebés (por si se dormían), sus almohadas, la infalible tempra y un montón de cosas más, parecía que me iba a mudar de casa jajaja, para no hacerles el cuento largo, de que empecé a preparar todo y pude salir, se dieron las 9 de la noche!!, pero no quise desanimarme, tenía toda la intención de que pasaramos una velada agradable.
Afortunadamente mi amiga vive muy cerca de mi casa, así que no tardamos mucho en llegar, mis bebés habían tomado (a fuerzas) una siesta en la tarde, así que pense que iban a aguantar un buen rato; llegamos y ya había gente, todo mundo cargando a mis bebés, que por ser dos y parecerse tanto llaman mucho la atención, ellos felices, para las 10 de la noche llegó mi JC, con su moño bastante mal puesto, pero eso si, con mucho bigote (ese fué idea de él, y no supe de donde lo agarró jaja), en fin, que todo pintaba de maravilla, mis bebés se divertían con los demás niños, y no faltaba quién quisiera caminarlos ( ya andan en eso y se resisten a soltarse), todo iba muy bien, yo empezaba a relajarme cuando a las 10:30 anunciaron la hora de cenar un delicioso pozole, pasamos a la mesa y que empiezan unos berridos.... Eran mis bebés, que no supe porqué, pero justo a esa hora ya no quisieron saber más nada de nada... Ellos dieron el grito junto con Felipe Calderón jajaja
¡Que horror!, chillaban y chillaban, como nunca los había oído, no querían teta, no querían portabebé, no querían brazos, no quierían caminar, no quisieron cuna (en la casa había una cuna), no quisieron ¡Nada!!!!
Así que en pleno grito del bicentenario y sin haber probado siquiera el pozole (que tenía muy buena cara), cargamos nuestras chivas y dijimos adios...
diez minutos más tarde llegando a casa, ¿Los angelitos?...... ¡¡¡¡¡¡¡Dormidos!!!!!!!, no despertaron ni cuando cambiamos pañales, ni cuando pusimos pijamas, ni cuando los dejamos en su cuna.
Así que tanto preparativo, para que el gusto me durara aproximadamente dos horas...
Debo confesar que en el momento si me mortifiqué, pero ahora ya me resulta gracioso... Ya vendrán más gritos de independencia no?, aunque no sean del bicentenario, y espero ahora si, que mis chiquitos los disfruten y nos dejen disfrutarlos a nosotros; por lo pronto, creo que voy a estar alejada de la vida noctura por un buen rato más; a menos que consiga niñera jajaja
Esa fué mi experiencia en el bicentenario, espero que ustedes la hayan pasado mejor. Besos


1 comentario: